(NC&T) Luiz Rocha y sus colegas del Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical, y de las universidades de Harvard, Florida y Hawai, han presentado este sorprendente informe.
La alta biodiversidad en los mares tropicales sigue frustrando los intentos de los evolucionistas de explicar la subdivisión de una especie en dos sobre la base de las barreras geográficas. Según la teoría evolutiva convencional, propuesta por Dobzhansky y Mayr hace más de 50 años, la formación de las montañas, de las islas, la glaciación, y otros procesos, aíslan poblaciones de una especie. A lo largo del tiempo evolutivo, estas poblaciones mutan de modo independiente hasta que los individuos de distintas poblaciones ya no pueden cruzarse y devienen especies nuevas.
¿Qué explica la evolución de un número grande de especies de peces estrechamente relacionadas, en los arrecifes de un mundo submarino abierto donde las corrientes constantemente mueven las aguas, arrastrando peces o sus larvas a gran distancia, un mundo sin barreras geográficas bien definidas? Rocha y sus colaboradores examinaron de manera detallada la genética de un grupo de peces de arrecifes tropicales en el Atlántico Occidental (labros, género Halichoeres) en toda su extensión y se sorprendieron por lo que encontraron.
Rocha tenía un gran interés por la barrera del Amazonas. La descarga de agua dulce y sedimentos del Amazonas y el Orinoco en el nordeste de Sudamérica, es tan inmensa que impide la formación de arrecifes coralinos desde la boca del Amazonas Norte hasta Trinidad y Tobago. Se cree que este espacio de 2.000 km es una fuerte barrera para los corales y organismos de arrecife asociados.
La intención de Rocha era probar si los labros del género Halichoeres eran o no genéticamente diferentes al norte y sur de esta barrera. Ya que todas estas especies tienen capacidades similares para la dispersión, Rocha esperaba encontrar en todos ellos diferencias genéticas concordantes con la barrera, pero, sorprendentemente, ése no fue el caso.
El ADN mitocondrial de los peces adultos y las larvas de tres zonas en el Caribe y de tres en Brasil mostró diferencias genéticas mucho más claras dentro que entre los dos lados de la barrera del Amazonas. Peces genéticamente similares fueron encontrados en hábitats de ecología similar, separados incluso por miles de millas. Los labros recolectados a sólo 360 km de distancia a lo largo de la costa brasileña eran más diferentes genéticamente de lo que lo eran los peces recogidos en lugares separados por 4.200 km de distancia, entre la isla Fernando de Noroña, en la zona de la costa brasileña, y St. Croix en el Caribe.
El hecho de que particiones evolutivas correspondan más estrechamente a tipos de hábitat, en lugar de a barreras geográficas convencionales, indica que los eventos de especiación locales podrían superar la tendencia hacia poblaciones más homogéneas derivada de la migración en el océano, confirmando las ideas originales de Darwin sobre la importancia de la especiación ecológica en la evolución de la biodiversidad.